Mi tercer día en Pai, precisamente el ultimo día del 2010, fuimos a alquilar unas motos a las 8 de la mañana, con mis nuevos camaradas: la yankee Kate, el argentino guido y el italiano, que nunca me quedó claro el nombre, creo que era ramses. Al no lograr rentar una moto, ni siquiera a esa hora, mi humor cayó a niveles bajo cero. Otro día mas tirado a la basura, vagando inútilmente por el pueblo? Si me seguís en este diario de viaje, habrás notado que me equivoco todos los días en mi apreciación de lo que me ocurre...
Al no conseguir motos para alquilar, decidimos hacer un trekking por la jungla y, enhorabuena, fue un día excelente.
Trekking en Pai
Yo creo que la diferencia entre este trekking y uno de los que te venden es que este es gratis y hay menos gente! No me cabe duda que los trekking organizados te llevan por trayectos semejantes al que hicimos nosotros 4. Perdí mi fe en el turismo "organizado" en Tailandia. El trekking fue cansador, tal es así, que la yankee abandonó a 45 minutos de llegar a la catarata; se quedó leyendo sola en medio de la jungla mientras nosotros seguimos el trayecto. Admito que mas de una vez y sin lograr llegar a la catarata pensé en abandonar yo también: estaba cansado como Sancho Panza de las locuras del Quijote.
Cuando estábamos por llegar a la cascada, si bien no la veíamos, la escuchábamos. Ese era un hermoso sentimiento de "misión cumplida", aunque, como apreció sabiamente Guido, no importa tanto llegar a la meta como si el trayecto, el camino hacia ella. Resultó ser una cascada alta, bonita, con agua gélida. Nada espectacular pero con el combo de la caminata por la jungla hizo que valiera la pena. Nos relajamos ante el natural chorro de agua. Era momento de descansar.
Nuestra meta
En la vuelta ya casi no hablábamos, la piernas caminaban automáticamente, el combustible estaba en reserva y el motor recalentado.
Cuando llegamos a la base de la jungla faltaba caminar otros 40 minutos a la ciudad; caminamos bajo un sol abrasante que penetraba en mi cráneo y calentaba mi cerebro como un huevo frito. Ya no estaban los arboles para brindarnos preciada sombra. Terminé liquidado: una siesta, una ducha y a celebrar el comienzo del 2011!
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