Templo en Chiang Mai
Antes de salir de Tailandia, ellos, fiel a su estilo, tenían que intentar sacarme algún dinero mas: me ofrecían un hostel por 400 Baht asegurandome que no iba a conseguir alojamiento y que ellos eran mis nuevos Mesías, salvadores y, quizás en un futuro, debería construirles un templo. Mi paciencia y tranquilidad para solucionar eventuales problemas creció exponencialmente en este mes que llevo de viaje. Decidí posponer la decisión y no reservar hostel de antemano. En la frontera del lado de Laos, me volvieron a ofrecer alojamiento, pero esta vez por 300... Si bien me vi tentado, no cedí guiado por estos nuevos principios que estaba adoptando. Terminé pagando 100 cuando llegué al pueblito por una habitación sublime, con agua caliente. La paciencia del cazador da sus frutos (o sus presas)...
Pasar la frontera a Laos se hace con la misma facilidad y simpleza con la que Homero J Simpson traficaba alcohol a pesar del arduo, trabajoso y honesto control de Elio Pez.
Conocí en el bote a unas argentinas y unos españoles con los cuales pasamos las horas entre charlas y risas. Aprendí en este viaje que los españoles son una excelente compañía; de más esta decir que la compañía argentina la disfruto como un asado un domingo.
Navegar por el mítico río Mekong que comienza en China y cruza por Laos, Vietnam, Camboya y Tailandia fue un placer de experiencia. Al costado del turbio río veíanse casas aisladas y pueblos que ni cumplían con la definición de "pueblo". Me preguntaba de que vivirían aquellos? Pesca acaso? No se veían vacas, ni gallineros y, menos aun, cables de electricidad.
En la segunda noche de esa travesía, en un oscuro y pacifico pueblo de Laos al borde del río, una parada obligatoria del Slow Boat, éramos 7, entre argentinos y españoles, riendo y bailando en ese lugar olvidado, incluso, por Buda.
Foto de Rock
Comiendo con los nuevos camaradas
Al día siguiente, el ultimo tramo en bote a Luang Prabang fue un poco cansador. La vista, no obstante, hacia olvidar a la fatiga de tan largo viaje, tan inmensa selva a un lado y al otro del río, deshabitada, salvaje, pura y original, parecía ser un pulmón sano para este mundo con, cada vez, menos aire puro. La vista desde el Guesthouse del pueblito abandonado
Rio Mekong
1) conseguite una ñ
ResponderEliminar2) qué le hiciste al pequeñín? estabas vestido?
3) las bananas que sostiene me hacen acordar a Formosa
4) tengo que dejar de enumerar las cosas...
Hola Gabriel. Un saludo y felicitaciones por tu viaje y por tu blog.
ResponderEliminarChe busque tu mail para preguntarte esto via privada pero no lo encuentro. Estoy planeando mis ultimos dias en Tailandia y como la visa me corre, de nuevo, y no quiero pagar otra multota, de nuevo, te queria preguntar cosas sobre el slow boat.
No sale desde Pai? Hay que ir a Chiang Mai? Puedo ir directamente a Chiang Rai? De donde es que sale exactamente y una vez que te embarcas, cuanto tarda en cruzar la frontera?
Te agradezco che!
Flor
dejesumensaje@gmail.com