lunes, 18 de marzo de 2013

Guachaca (Colombia) - Unos días en un campamento ecológico

Bus Taganga-Santa Marta: 1200 pesos. Duración: 15 minutos.
Bus Santa Marta-Guachaca: 5000 pesos. Duración: 1 hora.
Moto taxi Guachaca-Costeño Beach: 3000 pesos.


Luego de una de las experiencias mas lindas que tuve en mi vida buceando en el parque Tayrona salí de Taganga para ir a Costeño Beach pero no a hacer surf como cualquiera esperaría sino, principalmente, a encontrarme con mi querida amiga de la zona sur de Buenos Aires, la fría Anita, con quien nos habíamos conocido en Cali un mes y medio (o mas) antes. Fui recibido con un enorme, calido y emocionante abrazo de mi amiga que resultó ser una de las pocas, casi la unica, argentina simpatica con la que me habia cruzado hasta ese entonces.
Le conté del dolor de dejar Taganga, principalmente, por la gente con la cual había parchado pero que, al mismo tiempo, me sentía contento de volver a la ruta y emocionado por haber cumplido mi promesa de volver a verla.

Salí de Taganga rumbo a Santa Marta y tras caminar unos minutos por el mercado local tomé el Bus a Guachaca. Tan pronto como llegué al pueblo que queda al costado de la ruta, esperé una moto taxi que me llevó a un lugar alejado y solitario, que solía ser una vieja finca para comvertirse en un campamento ecologico llamado Costeño Beach. El mar del sosegado campamento es sañudo e impetuoso propicio para el surf.
Una vez ahi, el grupo ahí me recibió tibiamente pero con el pasar del tiempo y sabiendo que Anita y yo eramos intimos amigos, me fueron convirtiendome en uno mas de ellos.
La fría Anita, siguió siendo fría aunque mi cariño por esta amiga (y el suyo por mi, creo) fue creciendo mas y mas.

Despertarme en Costeño Beach con el sonido de las olas romper.
Relax en la surfista playa de Guachaca.
Hamacas, palmeras, verde, arena y mar en el campamento ecológico.
Hamacas, palmeras, verde, arena y mar.
Ese hongo con un colchón fue mi cama los primeros días. Me sentía Papa Pitufo.

sábado, 16 de marzo de 2013

Diario de buceo en el Parque Tayrona: Sentimientos, aprendizajes y demás yerbas del curso

Escuela de buceoCalipso Dive Center
Este es un diario del curso con cosas que hice, teorías que aprendí, sensaciones debajo del agua y anécdotas que ocurrieron en ese fascinante mundo acuático.

Dia 1
Salimos con el bote un trayecto de 45 minutos y llegamos total y divertidamente mojados. Éramos unas 20 personas entre aprendices e instructores.
Llegamos a la playa del amor en la bahía de Gayraca a la cual solo puede acceder la escuela de buceo Calipso.

La playa del Amor en la Bahía de Gayraca donde solo puede acceder la escuela de buceo Calipso Dive Center.

Teórica de Equipo. Tuvimos con Roberto y Hector una práctica de como armar el equipo. Entre ellos se encontraban el tanque, el chaleco, la mascara, las patas de rana y el regulador (que incluye 4 tubos: el respirador, el octopus que es un respirador extra ante cualquier eventualidad como que mi compañero se quede sin aire, otro mas para inflar el chaleco con el aire del tanque y un último con un aparato que muestra la cantidad de aire al tanque y un profundimetro).

Roberto, el guía y Hector, su ayudante, nos acompañaron y enseñaron durante 3 días.
Roberto nos enseñó a armar el equipo.

viernes, 15 de marzo de 2013

Buceo en Parque Tayrona

Escuela de buceo: Calipso Dive Center
Certificación: NAUI
Curso: Scuba Diver (Open Water). También existen los mas avanzados: Advanced Scuba Diver, Rescue Diver, Master Scuba Diver, Dive Master e Instructor. (ver Cursos aqui)
Precio: 700.000 pesos colombianos por 3 días 2 noches.
Incluye: Transporte, las 3 comidas diarias (y snacks), 6 inmersiones, una playa solitaria, una inmensa red de corales.

El parque nacional natural Tayrona está conformado de 15.000 hectáreas que son el hábitat de una cantidad incontable de especies. Se encuentra a 34 km de Santa Marta y es una de las bellezas naturales mas sorprendentes de Colombia.
Estuve no menos de una semana gritándome que no podía hacer buceo si bien era algo que llamaba mi atención. Era costoso y quien sabría si me iba a gustar o no. Lo único que sabia con certeza era que el snorkel en cada lugar donde lo había hecho siempre me había fascinado. 
Era esto suficiente para aliviar mis bolsillos pagando un curso de 3 días, 2 noches?
La respuesta resultó ser tan afirmativa como el amor de Dios hacia los hombres. No lo sabía entonces pero seguí mi intuición y, como se dice en Argentina, "le di para adelante". Pagué lo que ellos llaman un Safary que empezaría el jueves y terminaría el sábado en la hermosa Playa del Amor, en la bahía de Gayraca dentro del Parque Tayrona.

Escogí la escuela de buceo llamada Calipso Dive Center. Me pareció que era una experimentada escuela con el servicio mas completo y profesional. Y ademas pre sentí calidad humana tras hablar con su dueño Roberto, detalle que confirmaría mas tarde. 
Calipso tiene por añadidura una playa propia dentro del parque Tayrona honor que se debe a la inversión en investigación para preservación de corales que la hace distinta a las demás.

sábado, 2 de marzo de 2013

Taganga (Colombia) - El modesto pueblo de pescadores

Bus Cartagena-Taganga: 43.000 pesos. Duración: 4 hs
Hostel: Casa Nareth (al lado de La Masia). Precio: 10.000. Calidad: buena. Muy recomendado.

Siempre me cuesta describir con facilidad un pueblo o ciudad. Generalmente debo encontrar las palabras e intentar trasmitirlas de manera tal que el resumen sea distinto al anterior y llamativo al mismo tiempo.
Haré un esfuerzo y seré contradictorio con la ilusión de llegar a que sientas lo que yo. Empiezo:
Taganga no es tan lindo. Si uno viene ejercitado y puede sentarse tan solo a mirar el contexto, las condiciones estructurales, se podría decir que con muchas de sus calles de tierra y destruidas se asemeja mas a un barrio bajo que a un polo de turismo.
Me pregunto por qué teniendo esta comparación en mi cabeza me quedé tanto tiempo en este corregimiento del distrito de Santa Marta donde tan solo 3000 personas lo habitan, la mayoría de ellos pescadores y agentes de turismo.
Taganga es feo pero hay una magia en esta vaina que lo hace a uno querer quedarse me decía Toto quien vive hace varios años yendo y viniendo a Taganga desde Santa Marta. Y es cierto, hay una especie de embrujo raro. Sus playas no están del todo limpias (defecto compartido entre turistas sucios y locales con idéntica característica), la costa con algunos restaurantes y discotecas son atractivas mas no paradisíacas aunque sus atardeceres son preciosos, magníficos diría.