Es cierto que el lugar juega un factor importante pero, sin una buena, grata, dulce, amistosa, divertida, atenta, abierta compañía el lugar por si solo no se convierte en paraíso.
Quienes me acompañaron en Ko Rong para convertirlo en el paraíso que jamás olvidare fueron:
España: Toni, Arnau, Carlos, la vecina
Chile: Paula, Jose, Dani
Gracias... Totales.
Carpe Diem.
Proximo deseo de este loco paso, ruinas de Angkor Wat en Siam Reap (Camboya)
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