martes, 14 de junio de 2011

New Delhi (India) - La vieja y original Delhi

Caminar por las calles de New Delhi es un sinfín de experiencias y sensaciones. Uno puede caminar o sentarse al borde del camino durante horas y la fascinación por una cultura tan interesante impedirá, o es mas prohibirá, sentirse aburridos.

Así empezó el ultima día de mi viaje a las 7 de la mañana luego de llegar en tren desde Ajmer. Llegué al hotel en el cual me había hospedado 10 días antes "Bombay Palace Hotel" y, al estar el recepcionista durmiendo, aproveché cual mendigo para tirarme en el piso de la recepción e intentar dormir yo también. Al cabo de un rato, el recepcionista levantóse y me miro extrañado "quien es el mendigo tirado durmiendo en la recepción de mi hotelpareció decir.
Le pedi encarecidamente de dormir en el Luggage Room que era una habitación enorme y estaba vacía. Me pidió 100 rupias, le dije que no tenia e igual aceptó bastante gustoso a que me tirase en el piso a descansar. Tiré la bolsa de dormir y calentito y cómodo pensé "voy a recomendar mucho este lugar". No sabría en ese entonces lo que pasaría mas tarde, mas precisamente aquella noche, que me haría cambiar completamente de parecer.
Tras unas horas de sueño me dirigí a desfrutar del ultimo desayuno de mi viaje. Paharganj, la zona barata para los mochileros en New Delhi, era divertida. Los mendigos caminaba al lado de los turistas, los policías al lado de los mendigos y los vendedores ambulantes charlaban con sonrisas falsas a los turistas y con gran entusiasmo por vender. En ese lugar no había división de clase social, todos caminaban en la calle de todos.
Mientras desayunaba un camarada alemán me pidió sentarse a mi lado y, a pesar de haber interrumpido mi meditación, acepté sin tanto interés. Dicha persona resultó ser un grandísimo conocedor de la India ya que estudiaba la cultura india, así que sus consejos fueron invaluables. Ese dia a las 11 de la mañana decidi ir a otra zona en New Delhi llamado Old Delhi, un lugar apasionante.

En Delhi se pueden ver imágenes exóticas como esta. Por eso es un lugar sumamente llamativo donde sentado en la comodidad de una silla se puede estar disfrutando de una idiosincrasia distinta.


Los olores de Old Delhi
Me bajé del subte que me llevó a la zona conocida como Old Delhi y cuando salí del túnel ya se empezaron a sentir los olores de una India que exige los sentidos al máximo. Los aromas podían estar claros en algún sector de mi caminar y en otro podían estar mezclados con uno o mas olores distintos. Hay algunos que me quedaron tatuados en mis fosas nasales
  • El olor a orina que se puede "apreciar" en todos los lugares donde estuve en India, seguramente, debido a los baños públicos presentes.
Baños públicos en la calle. El olor a orina suele ser un compañero cuando se sale a recorrer las calles de Delhi.
  • El olor a marihuana: si bien la marihuana en la mayor parte de India es ilegal, en varios lugares he olido el olor típico de cancha. En mi travesía por Old Delhi no fue la excepción.
  • El olor a cigarrillo: me sorprendí al notar el olor a cigarrillo mientras caminaba. Si bien estaba en un lugar abierto (en la calle) se podía oler al típico cigarrillo que fuman en india: un cigarrillo delgado y corto de color verde (ya que esta envuelto en una hoja de árbol) y con tabaco dentro. Una fina tira de hilo decora el lugar hasta donde llega el filtro.
  • El olor a Fruta: conforme iba llegando a Old Delhi, varias decenas de puestos callejeros con frutas de las mas diversas perfumaban las calles con el dulce aroma de la fruta.

Un relajado indio vendedor de fruta en su puesto. El olor multi frutal presente era exquisito. 
  • El olor a frituras: la frituras si bien pueden ser consideradas dañinas cuando se consumen en exceso, tienen en plus sanador que las convierte en una comida "saludable". Esto es porque el aceite mata todas bacterias presente y eso lo convierte en saludable para turistas no acostumbrados a la comida india y a la higiene con la cual se cocina. El olor a frituras en las calles no se me pasaron por alto. Los puestos callejeros que vendían comida frita eran, en su mayoría, puesto ínfimos con un pequeño fuego, una pequeña sarten y el alimento que freían.
  • El olor a las Salsas: las salas, o currys, que hacen los indios son deliciosas. El curry típicamente se come con un chapati (que es una especie de pan o panqueque). Generalmente, son verdaderamente picantes así que hay que tener cuidado para no caer en la "boca de fuego". También caminando en las calles podían olerse estas salsas
  • El olor a picante y especias deliciosas: estos olores fueron los mas sorprendentes y fueron las fragancias que nunca en mi vida olvidaré. Caminaba ya por una calle convertida a peatonal con miles y miles de indios, ningún turista a la vista, había gente acarreando cosas en bicis o en sus hombros. Lo que veía era verdaderamente una imagen especial. No podía entender como en esas calles había tanto ser vivo caminando. Fueron aproximadamente 200 metros continuos de un olor a picante y especias que hacían que mi garganta picara hasta el punto que tuve que taparme la nariz para poder respirar mejor.


Las especias en India son un común esperable. En esas calles el olor era tan fuerte que hacia picar la garganta hasta llegar al punto de taparse la nariz para poder respirar.
  • El olor a sahumerios : estos inciensos también formaron parte de mi aventura por Old Delhi, por calles verdaderamente indias, sin ser contaminadas por turistas o vendedores tipo Dracula (como nombré a aquellos que tratan de vender humo a toda costa al pobre turista).
  • El olor a orégano: también reconocí olores mas comunes en mi vida como el orégano.
  • El olor a café: la calle por donde caminaba estaba atestada de gente de manera tal que costaba caminar. Era entendible cuando se advertía la cantidad de cosas que se vendían en dicha calle devenida a peatonal. El café, el amargo olor del café también participaba de la fiesta que había en mi nariz. Mi cerebro ya estaba confundido pensando en donde estaría mi cuerpo que recibía tantas sensaciones una detrás de la otra.

El café no podía faltar como un olor mas en ese lugar que, decididamente, fue el lugar donde olí los mas diversos aromas en toda mi vida.

Algunas personas a mi lado tosían ferozmente por la fuerza de esos olores y yo, a pesar de estar un poco resfriado, también. En el trayecto donde el olor a picante era escandaloso mis ojos, no se si por autosugestión o que, pero amagaron a lagrimear mientras que mi garganta picaba y tosía.
En las recorridas/caminatas, típicamente, el sentido mas fuerte que nos dirige es la vista donde nosotros permitimos que sean nuestros ojos los que nos causan sensaciones. 
En pocas recorridas el olfato tiene tanta relevancia como en esta. En tan solo 2 km pude olor: orina, marihuana, cigarrillo, fruta, frituras, salsas, picantes y especias, orégano, sahumerios y café. 
Permitir que mi resfriada nariz me causara sensaciones fue también algo mas en este loco deseo. Y debo decirlo: fue distinto y me gustó.


Recorriendo Old Delhi se pueden ver los siguientes personajes.

La mujer, que al ver mi intención de inmortalizar su imagen, posó mostrándome esos granos.

Trabajo forzado. La gente cargando cajas en sus hombros o en carritos.

El descanso de los conductores de Rickshaws.

En India conviven lo arcaico con lo moderno: la contradicción entre bicis destartaladas con motos (como ser la marca India Bajaj) que se venden por todo el mundo.

Todo en India parece ser en exceso. 

Bulto vivo. El pobre ciclista cargando a una dama ademas de las enormes bolsas.

La gente era muy amable, muchos me saludaban y otros me pedían una foto...

... por principios, me negué a los autógrafos :p

En lugares menos turísticos como Old Delhi las personas se interesan por conocerte o, al menos, por darte la bienvenida.

El trabajo de carga de bultos era la principal fuente de trafico en esa peatonal.

Ademas de especias, sahumerios, juguetes, zapatillas, ropa, etc, los restaurantes callejeros también eran parte del recorrido. 

La calle devenida a peatonal estaba atestada de gente, bicicletas, carritos, etc. Podría decirse sin titubear que estábamos mas apretados en aquella calle que los animales en el arca de Noé.

La colorida vestimenta del Indio es de lo mas llamativa.

Nadando en esa cultura me puse a pensar sobre la reencarnación y llegué a las siguiente reflexiones (no esperes algo magnifico eh).

  1. De acuerdo con las leyes del karma, cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. El karma seria un ley cósmica de retribución, o de causa y efecto. Entonces, si la vida actual (y su estándar de vida) es una consecuencia merecida de una vida pasada y el comportamiento en la misma, no pude dejar de pensar, con mucha malicia y con bastante humor, que todos los pobres actuales en India podrían haber sido conductores de Rickshaws. En este blog conté en mas de una oportunidad su comportamiento anti ético, al menos con muchos de los que me tocó tratar. Quizás la siguiente vida de estos sea justa con su comportamiento en este vida y el karma sea cierto.
  2. Por otro lado me pregunté con cierto dolor que si la reencarnación (y el karma) fuera cierta entonces India ha de haber sido un pais terrible para tener (y por lo tanto merecer según el karma) dicho presente de pobreza total.
Sea como sea, no deja de ser interesante preguntarse estas cuestiones y ver hasta que punto este tipo de creencias pueden aplicar a nuestra vida o no. Personalmente, no creo en el karma porque no creo en la reencarnación aunque si considero que cuando uno le hace bien a la gente, recibe mucho amor y cariño y cuando uno es indiferente, reciba la dolorosa indiferencia del otro. Eso es una especie de karma, no? Ahora, también creo en la existencia de la energía que cada uno de nosotros puede emanar a la que bauticé, en honor al gran Bob Marley, las "positive vibrations" que, sin duda, transmitidas constantemente por vos y por mi, van a contagiar al otro y así lograr construir un mundo mejor, mas positivo y humano.


La última noche, la última anécdota, la última alegría
Un curioso, una inglesa, Tom, Yo y una rica y fria Kingfisher
Esa mañana había conocido a un alemán llamado Tom. Tom estudiaba la cultura india e incluso hablaba el idioma. El, al igual que yo, tomaría su vuelo del aeropuerto internacional Indira Ghandi esa madrugada. El iría al aeropuerto en taxi y yo, ya casi sin efectivo, me tomaría el subte. Me lo volví a encontrar en Paharganj aquella tarde, charlamos, le conté mi experiencia en Old Delhi y como buen alemán me invitó a tomar unas cervezas. Ya eran las 9 de la noche y yo debía salir corriendo a buscar mi mochila en Palace Bombay Hotel para ir al aeropuerto pues el ultimo subte salia a las 22. Habíamos entablado tan divertida conversación con Tom y una inglesa que me pidieron que me quedase y me iría en taxi con Tom a medianoche. Ya no tenia plata pero, como me paso durante todo el viaje, a la gente poco parecía interesarle y me dijo que el pagaría todo. Por que no? me dije. Hoy agradezco esa bendita decisión. Luego de unas cervezas y un jugo de frutas eran las 11.15 de la noche. Tom quería bañarse en el hotel en el cual se hospedaba antes de ir al aeropuerto y yo, simplemente, tenia que ir a buscar mi mochila al Luggage Room de mi hotel. Anda a bañarte y yo paso por tu hotel en un rato, le dije. Pero Tom, hermanado conmigo, me quiso acompañar. Una vez que llegamos al hotel notamos que la puerta estaba cerrada por lo tanto hicimos algún ruido para que alguien nos escuchara. Llegó el mismo hombre que aquella mañana me había recibido. Llegó con actitud risueña, así que, tras saludarlo, fui en búsqueda de mi mochila... ahí empezó el lío. Me dijo "te quedaste en mi hotel y no pagaste nada". Si, le respondí. Esta mañana me dejaste entrar, te acordas?. Si pero no pagaste, me repetía una y otra vez. Claro, pero yo te había pedido de dormir en esa habitación y te había dicho que no tenia plata... y me dijiste que estaba bien, que no debía pagar nada. Pero el insistía en el hecho de que no le había pagado. Se acercó a la puerta y la quiso cerrar con llave pero Tom se lo impidió.
En ese entonces Tom empezó hablar en hindi explicando la situación. Yo, en el medio, no entendía nada. De repente oí a Tom gritando y peleándose con el recepcionista, por un lado me sentí a salvo ya que tener un compañero de lucha siempre es útil, por otro lado los gritos me mantenían confundido sin saber cual debía ser mi actitud. Tom con grandisima decisión me dijo vamosnos así que sin dudar salí del hotel y empezamos a caminar juntos. A los 15 metros oí que alguien corría a nuestras espaldas y al darme vuelta vi al furioso recepcionista que se abalanzó irascible contra mi compañero. Le agarró en la remera y se la rompió al tiempo que Tom gritaba lo que sin dudas eran insultos en indio. La poca gente alrededor miraba atónita la situación, Tom gritó que llamaría a la policía y el recepcionista de a poco se fue yendo de nuevo hacia el hotel. Mientras tanto Tom masticaba bronca por la actitud de aquel que, luego, decidimos que estaba bajo los efectos que alguna droga. Al menos, eso me pareció a mi y Tom, mucho mas conocedor, estuvo de acuerdo. Por mas explicación que le dábamos, el no dejaba de repetir la misma frase "No me pagaste, me tenes que pagar". Fuimos al hotel de Tom, se bañó para liberarse un poco de esa bronca y luego en taxi fuimos al aeropuerto. Ese fue el momento de hacer un pay back (como cadena de favores). Le dije "Vení Tom, tengo un regalo para hacerte". Fuimos en búsqueda de la sala VIP del aeropuerto. Tom me decía, no me van a dejar entrar. Pero había algo dentro mio, una ilusión, una esperanza, que me hacia creer que si iba a ser posible. Llegando al VIP me enteré con alegría que podía entrar yo y un invitado. Comimos desaforados cada una de todas las comidas, probamos todas las bebidas y Tom estaba encantado como un niño en una juguetería. Esa fue mi manera de seguir esta cadena de favores. Este fue mi Hoy por ti mañana por mi. Este fue un ejemplo de la común unión entre dos o mas personas en la cual uno busca el bienestar del otro y la alegría del otro pasa a ser la alegría de uno. Como nos enseña Filipenses 2-3,4 "Que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás.". Una linda manera de mirar al mundo, verdad?

Me pregunté esto luego de un tiempo de pasado el episodio: Cuales son las probabilidades de que me encuentre con un alemán que sabe hablar hindi, que éste, amistosamente, me haya acompañado a buscar la mochila a mi hotel, que el recepcionista del mismo se haya vuelto loco y que no me quisiera dejar salir hasta que le pagase una plata que no tenia y que, mediante la ayuda del alemán y su capacidad por hablar el idioma local, pudiera salir airoso de la situación?
No lo se, pero esto resume una verdad con la cual me topé en todo el viaje: en este loco deseo nada fue predecible y todo fue tan inesperado como hermoso. Cada día una sorpresa, cada sorpresa una enseñanza, cada enseñanza una alegría, cada alegría siempre era compartida. Como este humilde diario de viaje: mi felicidad no hubiera sido completa si no la hubiese compartido con vos. 
Si le pudiese cambiar una coma a todo lo que viví... no lo haría.

Fin

1 comentario:

  1. A vos siempre te pasan cosas raras, pero al final todo cierra con moño.
    No voy a decirte mariconadas tipo "te seguí todo el blog, me emocionaste hasta las lágrimas". No esperes eso, jaja.

    Pero si te aliento a que sigas viajando y persiguiendo tu loco deseo.

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