Bus Ipiales-Cali: 30.000 pesos. Duración: 11,30 horas
Hostel: Jovitas. Precio: 17.000 pesos. Calidad: muy buena. Bus Terminal buses al hostel: 7.000 pesos
Cali tiene, para mi, un significado especial. No seria raro que al final de mi viaje dijera que este lugar fue mi preferido. A que se debe? A la belleza de su ciudad? A lo histórico de sus calles? No. Todo esta relacionado con la gente, cálida, amable, divertida y hospitalaria, generosa y endiabladamente buenos bailarines de salsa. Y lo mas curioso es que es la tercer ciudad mas poblada de Colombia detrás de Bogota y Medellin, entonces me pregunto: de donde vienen estas virtudes propias de los pueblos mas pequeños?
En cada destino se necesita algo indispensable para pasarla bien y ésta es la gente.
Llegué a Cali un viernes. Ese mismo día me encontraría con los amigos Hugo y Mario a quienes conocí en un viaje de trabajo en 2007. Caminaba por las calles de San Antonio, el lugar donde los mochileros se acercan, mostrándole los dientes a todos ya que la alegría inundaba mi ser. Quien creería que 5 años y unos pocos meses después volvería a ver a los, ya por entonces, ingenieros que en ese momento me dieron algo que todos necesitamos: confianza en las cualidades (en este caso profesionales) de uno mismo. Tan es así que apenas volví a Argentina, pedí un aumento y un cambio de proyecto, algo impensado un mes antes pues descreía de mis capacidades.
San Antonio es el barrio al que, generalmente, llegan los turistas. A la noche uno se cruza con el producto de la gran brecha social que azota a Colombia: hombres sin casa, tirados en las veredas como bolsas de basura que nadie quiere recoger, con pies descalzos y dolorosamente sucios, unos dedos callosos que permitirían, por lo avanzado de la enfermedad, pisar vidrios y que sean éstos los que sufran la dureza de la indigencia. Pero como dice Galeano: "La justicia es como las serpientes, solo muerden a los descalzos".
Ninguno de estas personas cuya dignidad fue brutalmente asaltada por los políticos de siempre, se acercó interesado en mi dinero. Muchos turistas que me iría cruzando me contarían de cierto temor que tenían en esa ciudad pero creo que es como hablé con un taxista: si uno no se mete en nada turbio, nada pasará.
La gente en el hostel, una vez mas, los trabajadores que muchos de ellos que ganan el mínimo (unos 300 dólares mensuales) me han tratado a mi con alfombra roja incluida. Será que ellos aportaron a que me quedase en Cali por unas dos semanas?
Salsa en Las brisas
Me fui con varios del hostel a Las Brisas restaurant tradicional de salsa. Entre unos tragos de agua ardiente y la musica por la cual Colombia es conocida fue una noche espectacular. Se acercó un colombiano alegre debido a los tragos que el mismo habia ingerido y en la charla le consulté por la mejor bailarina de Salsa del lugar. Luego de introducirme a ella, me contó que habia participado de 3 mundiales y que a la siguiente semana participaria del proximo. Saqué la camara y les rogue que hicieran maravillas con esa musica tan ritmica y divertida. Resultó el borrachin ser un bailarin excelente y ella casi me erótizó con sus movimientos rapidos de piernas y caderas.
Hostel: Jovitas. Precio: 17.000 pesos. Calidad: muy buena. Bus Terminal buses al hostel: 7.000 pesos
Cali tiene, para mi, un significado especial. No seria raro que al final de mi viaje dijera que este lugar fue mi preferido. A que se debe? A la belleza de su ciudad? A lo histórico de sus calles? No. Todo esta relacionado con la gente, cálida, amable, divertida y hospitalaria, generosa y endiabladamente buenos bailarines de salsa. Y lo mas curioso es que es la tercer ciudad mas poblada de Colombia detrás de Bogota y Medellin, entonces me pregunto: de donde vienen estas virtudes propias de los pueblos mas pequeños?
En cada destino se necesita algo indispensable para pasarla bien y ésta es la gente.
Llegué a Cali un viernes. Ese mismo día me encontraría con los amigos Hugo y Mario a quienes conocí en un viaje de trabajo en 2007. Caminaba por las calles de San Antonio, el lugar donde los mochileros se acercan, mostrándole los dientes a todos ya que la alegría inundaba mi ser. Quien creería que 5 años y unos pocos meses después volvería a ver a los, ya por entonces, ingenieros que en ese momento me dieron algo que todos necesitamos: confianza en las cualidades (en este caso profesionales) de uno mismo. Tan es así que apenas volví a Argentina, pedí un aumento y un cambio de proyecto, algo impensado un mes antes pues descreía de mis capacidades.
San Antonio es el barrio al que, generalmente, llegan los turistas. A la noche uno se cruza con el producto de la gran brecha social que azota a Colombia: hombres sin casa, tirados en las veredas como bolsas de basura que nadie quiere recoger, con pies descalzos y dolorosamente sucios, unos dedos callosos que permitirían, por lo avanzado de la enfermedad, pisar vidrios y que sean éstos los que sufran la dureza de la indigencia. Pero como dice Galeano: "La justicia es como las serpientes, solo muerden a los descalzos".
Ninguno de estas personas cuya dignidad fue brutalmente asaltada por los políticos de siempre, se acercó interesado en mi dinero. Muchos turistas que me iría cruzando me contarían de cierto temor que tenían en esa ciudad pero creo que es como hablé con un taxista: si uno no se mete en nada turbio, nada pasará.
La gente en el hostel, una vez mas, los trabajadores que muchos de ellos que ganan el mínimo (unos 300 dólares mensuales) me han tratado a mi con alfombra roja incluida. Será que ellos aportaron a que me quedase en Cali por unas dos semanas?
Me fui con varios del hostel a Las Brisas restaurant tradicional de salsa. Entre unos tragos de agua ardiente y la musica por la cual Colombia es conocida fue una noche espectacular. Se acercó un colombiano alegre debido a los tragos que el mismo habia ingerido y en la charla le consulté por la mejor bailarina de Salsa del lugar. Luego de introducirme a ella, me contó que habia participado de 3 mundiales y que a la siguiente semana participaria del proximo. Saqué la camara y les rogue que hicieran maravillas con esa musica tan ritmica y divertida. Resultó el borrachin ser un bailarin excelente y ella casi me erótizó con sus movimientos rapidos de piernas y caderas.
La salsa es un baile muy sensual y hermoso para ver. No hay colombiano que no baile salsa. Y si los hay, que mal que la pasaran en la rumba!
Los movimientos de pies son rápidos y furiosos.
Asi empezamos con una caneca de Aguaardiente para 5 por 30.000 pesos colombianos.
Así terminamos con los amigos del hostel.
Carne argentina Vs. Carne colombiana
Caminata por san Antonio
Junto con la argentina Anita, el griego mas bueno del mundo y una colombiana hicimos una caminata por la zona mas turística de Cali llamada San Antonio, cerca del hostel, en la parte nor-occidente de Cali. San Antonio es un barrio tradicional de arquitectura colonial con grandes plazas.
Las vistas en las colinas son una excelente inversión para conocer esta particular ciudad.
La capilla San Antonio en la colina San Antonio. De estilo barroco fue construida hace 3 siglos y medio.
Vista panorámica de Cali.
En Cali existe algo que nunca fui a ver pero que será una excusa para volver: el cerro de las 3 cruces (al fondo), construido, según se cuenta, ya que el diablo se apareció en el cerro y maldijo a los habitantes de Cali. Para contrarrestar la maldición un sacerdote organizó la construcción de éstas dentro del cerro mismo. Hoy es un lugar de peregrinación todo el año y especialmente en semana santa.
San Antonio tiene una arquitectura mas colonial y muchas calles están adoquinadas (o empedradas) haciéndolas exquisitas.
La agarra Maradona, genio del fútbol mundial. Esta es la imagen de la mejor de las infancias.
Casas pequeñas y bien mantenidas en San Antonio.
Los grafitis en las grandes ciudades son comunes y el arte callejero en Cali no es excepción copando las paredes.
Las pequeñas calles de San Antonio.
Vista de Cali.
Colombia, Argentina x2 y Grecia unidos por la amistad.
Pequeñas casas al costado de las bien cuidadas calles caleñas.
Feria artesanal Loma de la Cruz: hay artesanías de madera, cerámica, trenzas, tallados de madera, etc.
Chipi Chape, el centro comercial
Este lugar fue, en 2007 y de nuevo en 2012, el lugar de encuentro con mis amigos. Es un centro comercial al aire libre, detalle impensado para un Buenos Aires con un frío invierno, donde ademas de comprar cosas que, normalmente, no necesitamos, también se puede refrescarse con unas gélidas cervezas en Jirafa. Es, asimismo, un buen lugar para sentarse y ver la gente caminar. Cali, la ciudad de las bellas mujeres, siempre tiene algo que regalar.
Pronto prometo actualizar el post y subir mas fotos. Por un desperfecto técnico
no puedo ahora.
Próximo post: la mejor....no no, mejor míralo por tus propios ojos.
Vos bailar, ni preguntemos, no? jaja. abrazoo
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